Durante el recreo, en la biblioteca, se han entregado los premios a las ganadoras.
Los premios han sido los siguientes:
Biblioteca del IES Ben al Jatib
Biblioteca del IES Ben al Jatib
Los premios han sido los siguientes:
Las ganadoras de la categoría de 1⁰ a 3⁰ de ESO son:
1ª Paula Mayo, 2º A con «¿Ya te olvidaste?»
2ª Ana Morales, 1º B con «Una historia mal contada»
3ª Freya Lisa Ramírez, 1º B con «El muro mágico»
Las ganadoras de la categoría de 4⁰ de ESO a 2⁰ de Bachillerato son:
1ªLucía Escamilla, 4º D con «La costa este»
2ª Lucía Vega, 4º C con «Tres»
Él se paró a mi lado, en ese momento que no quería estar con nadie.
Mira como mira sin mirar, mira como nunca me ha mirado nadie.
La voz de una sola persona pudo distinguirse entre el murmullo de mi alrededor, las lágrimas caían sobre mis mejillas hasta difuminarse en mi rostro, solo sentía dolor, pude observar la silueta de aquella agente de chaleco azul, y gracias a una placa dorada colgando de este pude saber su nombre. “Mañana seguiremos buscándola. Haremos lo posible por encontrarla” esas palabras se clavaron en mi corazón, no fui capaz de reaccionar ante eso.
Hace 1 día y 5 horas que mi madre está desaparecida y un extraño pensamiento dentro de mí me dice que no voy a volver a verla. Apenas llegué del instituto y me dieron la horrible noticia.
Me quedé paralizada. Hay equipos de patrulla buscándola por toda la ciudad, mi padre está desesperado, hay rumores de que ella quiso desaparecer. Pero yo sé que eso no es así. Cada parte de mi sabe qué si mamá se hubiese dado a la fuga, lo hubiese hecho conmigo…
Dicen que los villanos son los que cuentan la historia con más intriga puesto que su versión es la más perturbadora. ¿Qué tal lo he hecho yo?
Hace mucho tiempo, en una tierra lejana, había un bosque mágico lleno de duendes del arco iris. Los duendes vivían felices en armonía, eran guardianes de la naturaleza. Se dedicaban a cuidar de los árboles, las flores y los animales del bosque.
Un día llegó un rey que odiaba la naturaleza. El quería cortar todos los árboles y flores del bosque para construir su palacio. Pero los duendes del arco iris no querían dejar que eso pasara, así que crearon una barrera mágica con los colores del arco iris alrededor del bosque para protegerlo.
Cuando los hombres del rey llegaron al bosque, vieron la barrera mágica y no pudieron pasar. Intentaron destruir el muro, pero era imposible, se lo dijeron al rey. El rey vino y se sorprendió al ver el muro de arco iris. Le pareció absolutamente maravilloso. Nunca en su vida había visto algo tan increíblemente bello. En ese instante se dio cuenta de que estaba equivocado en su odio hacia la naturaleza. Él rey pidió perdón a los duendes y prometió proteger lel bosque para siempre.
A partir de ese día, la leyenda de los duendes del arco iris y su barrera mágica se contó en todo el reino. Los duendes del arco iris se convirtieron en símbolos de esperanza y protección para todos.
En la Costa Oeste tienen un dicho: “Si no estás bebiendo, entonces no estás jugando”. Al principio me extrañó, aun así, diría que terminé por entenderlo con cierta rapidez y exactitud.
Creo que fue allí cuando todo comenzó, yo me enamoré, pero no solo de él, sino también de
aquello que lo mataba, que además poco después empezó a consumirme a mí con él. No le echo la culpa, yo decidí probar, él no me obligó, no obstante, no tuve otra alternativa, él lo era todo, pese a que yo en aquel momento no me había dado cuenta todavía de lo autodestructivo que podía llegar a ser.
Hay veces que la gente habla del amor como una enfermedad, una locura intrínseca, si esto es así de verdad, me atrevería a auto diagnosticarme terminal. Aunque no fuera del todo necesario, ya que, como ya mencioné antes, necia de mí, caí por una especie de efecto dominó en las mismas manos que me lo arrebataban, las mismas que no tardarían en llevarme a mí con él.
El humo, el alcohol, el sol, la playa, la música, él y yo. Perfecto y fugaz, como un amor de verano adolescente, solo que esta vez no era tan adolescente e iba a ser el último.
Han pasado tres horas desde que la policía vino a casa. Tres horas desde la tragedia.
Un oficial nos acaba de comunicar que lo más probable es que la causa del incendio se debiera a una fuga. Nuestra cocina es de gas, así que es posible.
Mi mujer no para de llorar, no ha dejado de lamentarse en ningún momento. Me echa la culpa a mí, y yo no sé qué hacer al respecto. Cree que es culpa mía porque fui yo quien no quiso cambiar las instalaciones al comprar la casa, por lo que me culpa de la muerte de nuestros hijos.
Sí, hoy han muerto mis tres hijos por culpa de un incendio. Sin embargo, mi mujer se empeña en que el culpable soy yo.
Algunas personas se han acercado para poder tranquilizarla. Otras, en cambio, han venido a reconfortarme a mí. Me dicen que yo no podría haber sabido que esto iba a suceder y que es normal que esté en shock.
Pero ellos no saben que mi esposa es la única que tiene razón y, aún así, ella tampoco comprende mi incentivo. Tres motivos, tres muertes y cuatro víctimas.